Sendero Cerro La Cruz

Atención
Este sendero a partir de la “cumbre de las antenas” o “falsa cumbre del cerro La Cruz” (marcado en el mapa con amarillo), tiene un paso por rocas que requiere conocimiento técnico y debe ser realizado en expediciones de dos o más senderistas.
  • Principal atractivo: Alcanzar una cumbre importante de Santiago, con las mejores vistas de la Sierra de Ramón
  • Público objetivo: Senderistas con experiencia en la actividad de montaña y conocimiento de sus riesgos (para mayores de 14). (*) Los menores de edad (>18) deben contar con autorización de sus padres o tutores, firmando liberación de responsabilidad por ellos.
  • Grado de Dificultad: Alta
  • Extensión total: 14K

Sendero Cerro La Cruz

Dentro de las ofertas de senderismo presentes en la Región Metropolitana, el Parque Mahuida cuenta con uno de los más desconocidos e interesantes circuitos para aquellos que busquen realizar una actividad más solitaria y exigente.

La ascensión de La Cruz por el Parque se inicia por una arista precordillerana de fuerte pendiente, pero que en menos de dos horas nos debiera conducir al filo del primer contrafuerte precordillerano, aquel que es visible desde casi toda la gran ciudad. Luego, es cuestión de marchar por el mencionado filo en dirección sur hasta llegar a la base del cerro y, en pocos minutos, lograr su preciada cumbre. El retorno se ejecuta por la misma ruta que usamos de ida.

Llegar a la cima de La Cruz toma un poco más de 5 horas. Las primeras dos de alta intensidad, que requiere un esfuerzo físico importante. Luego el trekking se torna más tranquilo, hasta la zona de rocas, las cuales exigen una concentración y orientación importante, pues son tramos expuestos y de dificultad alta. Concluida esa zona delicada (unos 30 minutos), nuevamente la huella se torna simple y de fácil seguimiento, hasta la misma cumbre.

PRESENTACIÓN

Como su nombre lo indica, este sendero de alta dificultad por su pronunciada pendiente, conduce al Cerro La Cruz de 2.550 msnm., considerada una de las cimas más visitadas por los montañistas dada su cercanía con la ciudad. Forma parte de la Sierra de Ramón, el cordón montañoso ubicado entre el Río Mapocho y el río Maipo, conocido por la nombrada “Falla de Ramón”.

Durante el ascenso por este sendero es posible apreciar los cambios en la vegetación, desde el escaso bosque en los faldeos, luego el matorral de las zonas intermedias, y finalmente en el último tramo, es posible apreciar la gran diversidad de plantas altoandinas caracterizadas por su baja altura en formas de cojinetes.

Esta exigente experiencia física y mental, ofrece un contacto profundo con la naturaleza de montaña, y la posibilidad de reflexionar sobre el origen de esta imponente formación rocosa, cuyo inicio se remonta 10 millones de años atrás. Reflexión que lleva a pensar sobre la historia de quienes han habitado y transitado en las alturas. En este sentido, invita a adoptar una mirada holística del paisaje cordillerano, considerando la dimensión temporal y espacial de los procesos geológicos, ecológicos y humanos que lo constituyen.

DESCRIPCIÓN DEL SENDERO (IMPORTANTE DE LEER)


DESCRIPCIÓN DEL SENDERO

Hecho el ingreso al Parque, se debe transitar por el camino vehicular aproximadamente unos 150 metros hasta una amplia entrada que señaliza la dirección hacia la Zona de Picnic del Parque. Aquí se debe abandonar la calle principal y tomar dicho camino de tierra:

Durante el camino nos encontraremos con varias bifurcaciones. Debemos seguir siempre por el camino vehicular de tierra más ancho, el cual nos conducirá a la primera estación de descanso y, más adelante, a la antena de telecomunicaciones que actúa como segunda estación.

Transcurridos cerca de 670 metros desde el comienzo del circuito, llegamos a la Primera Estación de Descanso.

Seguir por el camino, manteniendo la dirección Este. El camino de tierra va cambiando de dirección cada ciertos tramos, lo que llamamos la “Z”, manteniendo una pendiente de mediana intensidad.

Foto – Llegada a la Antena de Telecomunicaciones.

Entre la primera Estación de Descanso, la cual cuenta con servicios básicos, hasta la Antena debemos transitar por 1150 metros aproximadamente. Llegados a la Antena, acaba el camino vehicular de tierra y se da inicio a la ascensión por la arista Norte que encajona la Quebrada Guayacán, inmersa en una fuerte pendiente, por un sendero demarcado, que sigue la dirección Este, siempre por el filo de la arista.

Foto – En el inicio del sendero, este circula por la izquierda de las estructuras allí presentes.

El sendero ofrece numerosas bifurcaciones, las cuales generalmente se reúnen a los pocos metros. En general, no existe riesgo de extravío, siempre y cuando mantengamos la ascensión por la huella principal la que, cada ciertos metros, contiene puntos azules que orientan a los visitantes.

Foto – Vista panorámica desde el sendero, mirando hacia Santiago, caracterizada por su estupenda vista.

Tras unos 800 metros aproximados de recorrido desde la segunda Estación de Descanso, llegamos finalmente al fin de la primera parte del circuito, la que pone fin a la ascensión por la arista Norte de la Quebrada de Guayacán, a unos 1300 msnm.

Foto – Bifurcación que señala la ruta hacia la Quebrada de Guayacán y la que va a La Cruz.

Durante los próximos 1000 metros aproximados de recorrido desde el desvío hacia la Quebrada de Guayacán, transitamos en algunos tramos por el mismo filo; en otras oportunidades, nos desviamos hacia la derecha y, en otros tantos – sobre todo al final – a la izquierda, siempre remontando la arista. Una vez llegados al Filo, la pendiente se suaviza y el sendero se hace evidente, sin mayor contratiempo en dirección Sur, hacia la primera y principal antecumbre, donde encontramos grandes antenas de telecomunicaciones visibles a lo lejos.

Foto – Panorámica del Filo que debemos recorrer.

Durante la ruta existen hitos de fierro con material pintado de color azul o blanco que nos indica la huella, visibles desde buena distancia.

Antes de llegar a una pequeña loma que debe remontarse, encontramos este árbol junto a unas piedras, lugar ideal para tomar un descanso.

Superada la loma, la ruta sigue por el Filo, donde en ciertas partes se ve interrumpida por rocas que no presentan mayor obstáculo.

Desde el inicio del Filo hasta la antecumbre de las antenas hemos recorrido un trayecto que no alcanza los 2 kilómetros y un poco más de 400 metros de desnivel.

Luego de un merecido descanso en este lugar, llega el momento de guardar los bastones, sacar los guantes y comenzar el tramo más delicado de la ascensión. Sin bien no son más de 450 metros, puede tomar hasta casi una hora su completa superación, caracterizada por gateos y grandes rocas.

La importante exposición a ambos costados de la ruta hacen imprescindible poner máxima atención donde se posan las manos y los pies, para evitar accidentes. En general, a pesar de todo, la huella está bien insinuada, donde los pasos más complicados pueden rodearse. Generalmente a la izquierda nace una alternativa en un par de ocasiones. Solo al final existe una superación por el lado derecho, con hitos de piedra suficientemente dispuestos.

Foto – Poner atención al lado izquierda, donde existen marcas de pintura y una cuerda de apoyo que ayuda a rodear una escalada complicada. Algunos gateos en roca se pueden pasar por algunas huellas que lo rodean por la izquierda.

Una vez concluido el tramo de rocas, podemos volver a coger los bastones y ver la cumbre del cerro La Cruz en todo su esplendor.

El ataque final a la cumbre no supera los 800 metros de recorrido. En un comienzo la huella es clara, para luego confundirse con otras que la cruzan. En general se hace un rodeo y se aparece por detrás de una antena a metros de la cumbre y la gloria.

Foto – Últimos metros previos a la llegada de la cima, mirando al Suroeste.

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Recomendaciones

  • Dar aviso al Parque de que se desarrollará esta actividad.
  • Ir con las vestimentas adecuadas, según época del año.
  • Portar, a lo menos, 2 litros de agua o sucedáneo.
  • Llevar algún tipo de snack o ración de marcha.
  • No circular por otros senderos ajenos a los descritos, para evitar erosionar dichas zonas, además de eliminar el riesgo de extravío.
  • No molestar ni intervenir la flora y fauna local.