Objetos de Conservación

Objetos de Conservación

Ecosistema de bosque y matorral esclerófilo

Comprende al ecosistema ubicado entre los 880 y los 1.300 msnm aproximadamente. Su vegetación está constituida por matorrales y bosques esclerófilos dominados por Litre y Quillay. En sectores húmedos como la Quebrada Guayacán y laderas de exposición sur dominado por Litre y bollén. Además entre los 1100 y 1300 msnm en sectores rocosos de laderas exposición norte hay Matorral espinoso de puya. Asociados a estos distintos ambientes se presentan especies características. En los ambientes más húmedos se encuentran el guayacán, el peumo (VU), el abejorro chileno (EN), la lagartija de Schroeder (VU) y el peuquito (R). Asociados al ambiente de matorral espinoso de puya, se encuentra el cactus quisco (NT), la mariposa del chagual, (NT), el lagarto nítido, (NT) y la iguana chilena (NT).

Ecosistema de altura

Comprende al ecosistema ubicado desde los 1.300 hasta los 2.000 msnm aproximadamente. Se caracteriza por su alta pendiente. Al encontrarse más alejado de la perturbación humana, está más resguardado, sin embargo, esto también implica una menor fiscalización y control del lugar, además de estar menos estudiado.
Su vegetación está dominada por Litre y romerillo. Las especies asociadas son araña pollito (CR), Lagarto leopardo del cerro San Ramón (VU), Lagartija parda de Santiago (NT) y cóndor (VU). Presenta además ambientes de especial interés para la conservación como algunos sectores con afloramientos rocosos donde es posible encontrar poblaciones de vizcacha y probablemente gato andino (EN). Además estarían presentes el gato colocolo (NT) y el puma (NT).

Guayacán

El Guayacán es una especie endémica de Chile, y está categorizada como Vulnerable (VU). Se distribuye desde la IV hasta la VI región. Es una especie relictual, es decir, sólo quedan remanentes de las poblaciones originales. Desde el punto de vista ecológico, es un elemento clave de ecosistemas áridos y semiáridos ya que realiza levantamiento hidráulico, es decir, moviliza aguas profundas a través de sus raíces, lo que conlleva a una mayor fertilidad del suelo superficial. Además, genera un microclima menos caluroso bajo su dosel, formando “islas de fertilidad”.
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Objetos de Conservación Culturales
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Cementerio Incásico de La Reina

Para contextualizar, en el valle de Santiago se han encontrado distintos cementerios como por ejemplo: el caso de Nos (Stehberg 1976), Las Tinajas de Quilicura, Plaza Italia, Marcoleta y Compañía (Uribe 1999-2000) donde, al igual que en el cementerio de Quinta Normal, lo local se combina con lo incaico. Una relevante excepción corresponde al cementerio de bóvedas de La Reina, excavado y estudiado en 1947 por quien fuera directora del MNHN entre 1964 y 1982, la Dra. Grete Mostny, quien plantea que, dadas las características de los entierros, pertenecieron a individuos de la élite incaica. Los antedichos son sólo unos pocos ejemplos de sitios cementerios prehispánicos que podemos encontrar en las ciudades.

Respecto al caso de La Reina, se sabe que durante la ocupación incaica del Valle del Mapocho, se construyó éste cementerio, ubicado en los primeros contrafuertes andinos, que fue ocupado por miembros de las autoridades del Tawantinsuyu y no sería aventurado postular que fue el lugar de entierro de la familia del Gobernador Quilicanta. Éste se localizó alejado del lugar de residencia y de trabajo de las personas allí enterradas. Su arquitectura en bóvedas subterráneas exigió un esfuerzo constructivo considerable y, claramente, lo distinguió de los otros sistemas de sepultación. Constituyó una excepción a la regla, ligado a la posición social de sus ocupantes. Los contextos cerámicos y metalúrgicos del cementerio de la Reina, permitieron adscribirlo a la élite incaica gobernante, sin evidencia de interacción social con la población local (Stehberg y Sotomayor 2012).

En cuanto a la gestión de este hallazgo, la administración del Parque Mahuida con el apoyo del Alcalde José Manuel Palacios, ha tomado la decisión de incluirlo dentro de la agenda de gestión patrimonial de la comuna, razón por la cual se incluyó como objeto de conservación del Plan de Manejo, un primer paso para su puesta en valor. Esta decisión involucra la gestión de alianzas con entidades de gobierno para la realización de estudios técnicos que permitan su protección efectiva. Estas acciones están actualmente en desarrollo.

Saberes bioculturales

Si bien la metodología empleada para definir los objetos plantea objetos de conservación en términos dicotómicos (biológicos o culturales), este objeto de conservación se funda en una visión holística e histórica de la precordillera, reconociendo diversos modos de conocimiento y prácticas cotidianas. Bajo este marco conceptual, y recogiendo las opiniones de los colaboradores del equipo ampliado en la elaboración del Plan de Manejo, surgieron apreciaciones múltiples de lo cultural en la precordillera: dar importancia a la presencia de la cultura incaica, de la cultura arriera, cultura campesina o huasa, la importancia del arte y la escultura (SOECH), la importancia de revitalizar las sabidurías ancestrales reflejadas en la toponimia, relatos, mitos, nombres de plantas y aves (Etnoecología) y usos tradicionales de la biodiversidad.

En la etapa de elaboración técnica de los objetos, tuvimos el privilegio de contar con el apoyo de Victoria Castro, etnoarqueóloga académica experta en visión cultural de la naturaleza, de la Universidad de Chile y de la Universidad Alberto Hurtado. Con su apoyo se decidió agrupar estos elementos mencionados por la comunidad bajo el concepto de “Saberes bioculturales”, término que logra a nuestro parecer, integrar y conectar la diversidad de miradas culturales, invitando a una comprensión más integral del territorio (haciendo honor a Mawida como universo montañoso).

Este objeto de conservación permitirá hacer visible muchos aspectos de la historia y comprensiones diversas del territorio precordillerano mediante alianzas con instituciones académicas, con las que iremos levantando conocimiento y elaborando relatos o contenidos para una memoria y educación comunal más pertinente, que rescate los saberes locales, potenciando la identidad, sentido de pertenencia con la precordillera, y sobretodo resiliencia frente a eventos de crisis ambientales (megasequía, cambio climático).